Cartografía colaborativa para construir los mapas de la Comunidad entre todas y todos

“Se trata de construir conocimiento sobre un ambiente geográfico, de manera que puedan participar las personas que están involucradas en ese territorio y en sus problemáticas”, explicó el docente Andrés Duhour, director del proyecto.
Entrevistado por Noticias UNLu, Duhour explicó que la plataforma por excelencia para el mapeo colaborativo es OpenStreetMap (OSM) pero que también existen aplicaciones web o para dispositivos móviles y otras herramientas de software libre para la edición y consulta de mapas.
Duhour, quien es Ingeniero Agrónomo graduado en la UNLu y Doctor en Ciencia y Tecnología, señaló que “en la agroecología se busca transmitir e intercambiar saberes, construir conocimiento en la comunidad de productores”.
“¿Por qué no compartir la información relativa al entorno ambiental, a los espacios productivos y de comercialización? ¿Por qué no acercar a los vecinos y a los productores herramientas para visualizar en un mapa sus necesidades, sus recursos o el estado de sus espacios productivos?”, enfatizó.
“En el proyecto hablamos de entorno productivo y ambiental porque nos estábamos preparando para que la misma necesidad de los productores, y por eso es colaborativo, nos vaya llevando hacia otros caminos”, indicó.
“Comenzamos intentando visibilizar a la agroecología pero la propuesta está derivando en otros aspectos relacionados que tienen que ver con el entorno territorial, por ejemplo a los productores les pareció más importante que se mapeen sus espacios de comercialización y el estado de los caminos”, señaló Duhour.
“Desde la Universidad planteamos una iniciativa y nos encontramos con la comunidad, que tiene sus necesidades”, reflexionó y advirtió que “un proyecto colaborativo no puede imponer un conocimiento o una manera de hacer las cosas, un proyecto de extensión busca un diálogo”.
Esa interacción a la que refirió Duhour también permite vincular los intereses de la comunidad los distintos niveles del Estado. “El mapeo colaborativo es una herramienta también para el diagnóstico, para la denuncia y para la construcción de la planificación territorial”, explicó.
La cartografía colectiva resulta también de utilidad “para que la comunidad pueda aportar sus conocimientos locales, sus intereses sean representados y el Estado implemente mecanismos de escucha y de diagnóstico para el desarrollo de políticas públicas”.
“Se puede recordar al mapa del delito, o de las necesidades de obra de una localidad, de riesgo ambiental, de los sitios donde no se pueden aplicar agroquímicos, de riesgo de inundaciones, del arbolado urbano”, mencionó Duhour como ejemplos de esta posibilidad.
- ¿Para qué tanto trabajo si existe el Google Maps? - consultó el periodista.
- El tema es la propiedad de los datos y quién los edita. - respondió el docente.
“Este tipo de cartografía es un bien común, el conocimiento del territorio es un bien común, entonces... ¿Por qué se va a volcar en una plataforma que después se apropia y comercializa esa información?”, amplió Duhour.
“Lo que hace Google al instalar en todos nuestros teléfonos su aplicación es recopilar datos geográficos y a partir de esos datos detectar o vender oportunidades de compra”, advirtió y sostuvo que “los estados no tendrían por qué destinar recursos a volcar datos en una plataforma que se apropia de esa información”.
“Hay muchas empresas que brindan servicios de mapas, pero... ¿quién controla o quién decide qué se resalta, qué se agrega o qué no se agrega?”, puntualizó y subrayó que “defendemos esta idea porque la comunidad construye qué es lo importante, qué es lo que resulta necesario”.
“¿Por qué vamos a dejar en manos de un privado algo que para nosotros es tan vital?”, se preguntó el extensionista y afirmó que “los datos abiertos nos permiten ser libres de acceder a nuestros recursos con la posibilidad de construir y disfrutar colectivamente de un conocimiento”.