Historiador UNLu estudia la Guerra de Independencia sudamericana: “Me interesa la experiencia de los soldados comunes”
Agustín Galimberti, docente e investigador de la División de Historia UNLu, llevó adelante una estadía de beca en la Universidad de Indiana Bloomington, Estados Unidos, durante el pasado mes de septiembre, y pudo realizar allí trabajos de estudios históricos en la Biblioteca Lilly, una de las más reconocidas del mundo.La beca que obtuvo y llevó adelante este historiador es la denominada Mendel Fellowship, que está destinada a apoyar la investigación en las colecciones de la Biblioteca Lilly por parte de académicos no residentes en la ciudad norteamericana, y que traten temas específicos, entre los que se incluyen la historia del Imperio Colonial Español; movimientos independentistas latinoamericanos; la expansión europea en América; viajes y exploración; geografía, navegación y cartografía, entre otros.
Galimberti estudia actualmente la Guerra de Independencia sudamericana desde un enfoque social, buscando rescatar la conformación de los ejércitos independentistas a través de sus soldados y de sus características sociohistóricas.
Habló con Noticias UNLu al regreso de su viaje y contó su experiencia.
Noticias UNLu: ¿Cómo llegaste a aplicar esta beca, qué pasos te llevaron a la obtención y el usufructo de la “Mendel Fellowship”?.
Yo me entero de esta beca por un investigador amigo, que hizo su carrera allá en Estados Unidos y se fue en el medio de la hiperinflación alfonsinista y estuvo hasta el 2002, y después se retornó al país, y me había comentado de la misma.
Los pasos eran una presentación, que es un proyecto de investigación, y para eso había que conocer cuál era el fondo documental que uno iba a ver, y vincularlo con los temas de investigación que uno estaba desarrollando acá. También una cover letter, que es una carta de presentación, planteando quién es uno, por qué sería importante hacer la estadía de investigación y demás. Y el currículum vitae, obviamente todo esto en inglés y adaptándolo a los términos de ellos, porque un tema que me costó bastante fue el de cómo transferir nuestra jerarquía docente a la jerarquía docente de ellos, o los títulos, por ejemplo.
Y ese fue el proceso, la convocatoria es internacional y la presenté en octubre del año pasado, y a principio de diciembre me comunican que se había extendido un poco el tiempo de resolución. Yo ahí sentí como que había pasado una etapa, me imaginé que a muchos le habían dicho que no, y para el 10 de diciembre me confirmaron que había obtenido la beca.
Noticias UNLu: Entendemos que esta beca se otorga a aquellas personas que estudien ciertas ramas del conocimiento o estén enfocados en ciertos temas, no es en general. ¿Qué ramas del conocimiento o qué estudio específico te llevaron a ella?
La beca está orientada a ir a consultar fondos documentales que tiene la Lilly Library, que está en la Universidad Indiana Bloomington. Y me imagino, por cómo funciona el sistema allá, que es un dinero que debe haber aportado algún millonario benefactor para que todos los años haya un cupo de gente que vaya a investigar (risas). Por ejemplo, allá me hice amigo de una rumana que había ganado una beca parecida a la mía, que estudiaba a un líder rumano del siglo XX.
Es decir, el corpus documental que tienen permitiría investigaciones de todo tipo. En mi caso, yo fui a consultar la documentación que hay sobre el Cono Sur, hay varios fondos documentales divididos por país: Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, Bolivia, Perú y Chile.
Y particularmente a mí me interesaban temas relacionados a la Guerra de Independencia, y hay bastante documentación sobre el movimiento de tropas, tanto insurgentes como realistas.
Entonces el proyecto lo armé en relación a eso, que son temas que uno viene investigando acá. Combinaba muy bien ese fondo documental con mi trayectoria y con mis intereses de investigación.
Noticias UNLu: ¿Por dónde estás yendo aquí en la Universidad de Luján? ¿Qué trabajos haces acá?
A mí en general me interesa lo que hoy se conoce como historia popular o una perspectiva popular de la historia. Y en ese sentido, vinculado con este tema, una rama de conocimiento de lo que hoy se conoce como historia social de la guerra.
Pensar aquella guerra, y todo lo que implicó, como un momento para estudiar una sociedad, y en ese sentido a mí me interesa cuál fue la experiencia de los soldados comunes. Entonces estudiar cómo eran reclutados, cuáles eran los niveles de deserción, cómo se movilizaban las tropas, qué proclamas hacían los generales para convencer a la población, y demás.
Tanto del bando realista como del bando independentista son los temas centrales que exploré en este fondo y que, digamos, son parte de la investigación.
Noticias UNLu: Es un rasgo llamativo que esos materiales sobre guerras independentistas de aquí, de Sudamérica, estén en posesión de una biblioteca norteamericana. ¿Encontraste materiales que te resultaron inéditos, valiosos, que acá quizás no podrías encontrar?
Es una pregunta común que con todo el que le comenté nos hacíamos, bueno, cómo llegó esto allá. La verdad es que yo pregunté y nadie me pudo responder exactamente. A mí me parece como que hay dos grandes explicaciones: la primera es ver que quienes fundaron la Universidad Indiana y luego quienes la desarrollaron, tenían como una mirada de coleccionistas, eran coleccionistas. Eso es increíble. Parte de la biblioteca expone libros, por ejemplo, incunables o con ciertos dibujos, y demás. Encontré montón de retratos. Me parece que hay una vocación de la universidad constantemente de incorporar materiales.
Después me parece que hay otro tema, que es que ellos suelen comprar colecciones de documentación privada cuando salen a subasta pública y demás, porque, no sé, una familia heredó determinado material de alguien que había sido importante, no sabe qué hacerlo, y bueno, lo sacan a remate y lo compran. Y una tercera explicación es que son un imperio y tienen información de todos (risas).
Es decir, en la biblioteca uno puede encontrar lo que quiera de cualquier lugar del planeta. He hecho así exploraciones aleatorias y es increíble lo que manejan. Hay documentación que acá también está, y hay documentación que es inédita.
Bueno, ambas son inéditas, las de acá y las de allá, pero digo que uno no la encuentra acá o la ventaja que tiene es que ahí está concentrada en un solo lugar, y eso cuando uno está investigando es algo que es una gran ventaja, porque si uno tiene que explorar cuatro o cinco archivos para hacer un cuerpo documental, se le complica… Ahí tienen una unidad bastante interesante.
Por ejemplo, si la guerra de independencia es en definitiva un conflicto que trasciende los límites nacionales actuales (dado que no existían en ese momento), hoy uno requeriría hacer acá una estancia de investigación en Chile, otra en Bolivia, otra en Perú, otra en Argentina, y allá la ventaja es que lo tenés todo, unificado.
Obviamente no es completo como ningún cuerpo documental, pero te brinda una mirada interesante del panorama.
Noticias UNLu: ¿Cuál sería a partir entonces de tu regreso y el fin de la investigación allí la continuidad de tus investigaciones al respecto? ¿cómo seguís?
En ese sentido lo que más pude hacer es trabajo de archivo, que a quien le gusta esto le agrada, pero es muy tedioso, y que es sacar fotos de cualquier documento interesante. El otro día sumé las distintas carpetas y eran 16 gigabytes de fotos, estamos hablando, no sé, 6.000, 7.000 fotos en total.
Allá lo que me encargué fue de aprovechar el tiempo y fotografiar. No hay restricciones al respecto de todo lo que podés hacer. Para nada, al contrario, la gente es muy amable, muy servicial y demás.
Ahora viene el trabajo más duro que es más el de procesar esa información, que lleva tiempo, porque además de la digitalización hay que procesarla, y lo que principalmente hacemos de historiografía es preguntarnos sobre cosas que pueden responder esos cuerpos documentales.
Ahí aparecen dos o tres cuestiones que me parecen que pueden ser interesantes para la historiografía actual. Una son las peticiones que hacían los soldados al ejército; petición, no sé, para volver a casa, por pagos, por vestimenta, por malos tratos y demás, que nos llevan a ver cómo era la vida cotidiana de los soldados.
Después hay informes, tanto de oficiales como de espías. Encontré un código de espías, por ejemplo, que habría que ver eso que tiene... Yo, la verdad, es la primera vez que me encuentro algo así. Ahí hay otra veta que me parece que puede aportar cosas no conocidas, o que me parece que están buenas explorarlas.
Y la tercera es una fuente muy particular, son estados de fuerza. Son planillas enormes, entonces uno tiene listados batallón por batallón, regimiento por regimiento, cuántos oficiales hay, cuántos soldados, cuántas armas tienen, cuántas armas de fuego, cuántas armas blancas, cuántos caballos tienen, cuántas reses comen, etc. Todo eso que te da como una radiografía de cómo es un ejército realmente y cómo va evolucionando en el tiempo.
Entonces eso permite un conocimiento muy preciso de quiénes eran y quiénes integraban las fuerzas y cómo se movían y, en definitiva, quiénes combatieron esa guerra.
Noticias UNLu: Bueno, me imagino que de ese material inmenso que has recabado saldrá alguna investigación o algún resultado dentro de alguna investigación que podremos conocer prontamente.
Sí, la idea es en el tiempo que viene, en 2026, 2027, ya empezar a publicar o en congresos primero para discutirlos con los colegas y después en revistas de investigación, posiblemente un libro, pero esas son cosas más complicadas porque el mercado editorial está medio parado acá...
Noticias UNLu: Hablando del enfoque de tu investigación, en las recientes X Jornadas de Historia tanto Gabriel Di Meglio como Raúl Fradkin en sus conferencias mencionaron que ese enfoque social de la historia es una herramienta fundamental para salir del historicismo de elites, en este caso contar la historia desde la mirada de generales u oficiales mayores dentro de un ejército. ¿Cómo se cuenta la historia, por ejemplo, de un ejército a través de sus soldados? ¿Cómo se enfoca eso?
Bueno, la pregunta es enorme, así que voy a dar algo más impresionista, me parece que puede transmitir a lo que vamos: Raúl fue mi director de la tesis de licenciatura y doctorado, Gabriel fue jurado mío, los conozco, conformo con ellos equipos de investigación y provengo de esa mirada, claramente.
Uno de los temas por ahí que claramente pudieron demostrar estos estudios de Historia Social de la Guerra y que me parece van al punto porque es interesante conocer los ejércitos fue la mirada general que por ahí se tiene en la Guerra de Independencia, que eran españoles contra americanos. Y uno cuando empieza a ver quiénes eran los oficiales, dónde se formaron y demás, uno encuentra americanos, eran españoles todos, eran españoles peninsulares o americanos. Eran americanos de los dos bandos.
Después ves quiénes integraban los ejércitos y uno se encuentra con que había blancos pobres generalmente, indios muchos, pardos, negros, morenos, en los dos bandos. Entonces ahí es cuando la mirada esa tan dicotómica, tan simple de una guerra entre dos bandos termina por ser reduccionista y termina por falsear lo que fue la realidad histórica. Entonces este tipo de investigaciones resulta interesante.
Hay un tema ahí, que siempre lo usaba en clase como para disparar preguntas, y es sobre los héroes; los héroes sirven para el mito, sirven para la unidad, pero si uno por ejemplo ve que el ejército de San Martín, el ejército libertador, tuvo en su momento de mayor esplendor unos 6.000, 7.000 hombres y según los estudios que se han hecho sobre los soldados entre el 50, 60% eran negros, pardos o morenos, la mayoría con un pasado esclavo o eran esclavos cuando combatieron.
Entonces la famosa frase “Luchamos por la libertad y lo demás no importa nada”: si uno ahora ve quién era el destinatario ya nos cambia un poco esa idea que tenemos de libertad de lo que la asociamos a independencia o a las libertades civiles, la libertad de expresión, de culto y demás, sino que muchos de esos soldados estaban peleando por su propia libertad, por su propia vida.
Todas estas miradas me parece que vienen a aportar una nueva forma de ver el problema histórico. No es un agregado, como se explicaba en las Jornadas, sino que incluye a los negros, a las mujeres, a los indios y demás, y si no tomamos en cuenta estas participaciones no estamos entendiendo de qué estamos hablando. Ahí me parece clave ese punto.
Acá siempre la idea más común que se tiene es que la historia es algo que pasó y que no cambia, y al contrario las interpretaciones y las preguntas que nos hacemos nos permiten ver que la historia no fue de la manera como habíamos supuesto.
Noticias UNLu: La última pregunta tiene que ver con tu experiencia personal y con qué significó para vos poder haber hecho usufructo de esta beca, poder haber hecho este viaje y las cosas que te encontraste allá.
Había algo de realización, por un lado, más personal. Yo entré a la universidad teniendo 18 años y soy primera generación de universitarios en mi familia y si bien nunca tuve la intención de irme del país (no porque el país me parezca que no va, o porque soy nacionalista de nada, sino porque están acá mis afectos, conozco cómo se socializa acá, y hasta juega el equipo de fútbol que quiero, que es Racing, así que esos son impedimentos muy grandes) (risas) pero sí siempre tuve la expectativa de poder hacer estancias de investigación cortas en otro lado, entonces había algo de realización personal y en ese sentido la experiencia fue maravillosa.
Pude conocer cómo funciona una universidad allá, ver cómo es la vida cotidiana en un pueblo (que no es una gran ciudad de los Estados Unidos y no es como vive buena parte de la población), así que en ese sentido fue extraordinario.
Y después la cuestión académica también, el otro lado en ese sentido fue muy enriquecedor tanto por acceder a todo este material de archivo como acceder a cosas muy difíciles. Hay otra biblioteca allá que es una biblioteca más de libros, donde pude acceder a bibliografía que acá es muy difícil de conseguir, así que en ese sentido ahí hice otro trabajo importante bibliográfico y lo mismo poder entrevistarme con historiadores que uno había leído… y tener un almuerzo o asistir a una clase con ellos fue una experiencia muy interesante, que permite comparar tanto cuestiones positivas que uno ve y que tienen ellos como también las cuestiones positivas que hay acá (e incluso las negativas en ambos lugares, ¿no?).
Noticias UNLu: Bueno, agradeciéndote desde ya te pido por último que hagas un breve resumen personal ¿quién sos vos? y ¿qué haces en la Universidad de Luján?
Bueno, yo soy Agustín Galimberti, y soy profesor adjunto ahora de la División de Historia, del Departamento de Ciencias Sociales. Entré a la Universidad como estudiante en el año 2000 hice el profesorado, luego la licenciatura en Historia, y después gracias a una beca que me otorgó la Universidad pude hacer la especialización y luego el doctorado.
Trabajo como docente en el departamento desde 2008 y actualmente me desempeño en Historia de América III de la Carrera de Historia, en Historia Social Argentina de la Carrera de Geografía y también doy seminarios temáticos, que están más vinculados a los temas de investigación que uno viene desarrollando.

El historiador de la UNLu realizó su estadía de beca en la
Biblioteca Lilly de la Universidad de Indiana Bloomington, EEUU



